14 / mar / 2012 - Ana Andújar. Imagen Ernesto Gomis.En tiempos de crisis, mejor dejarse llevar por sonidos extraños de jugosas bocas de tias buenas. Eso es lo que tenemos que pensar subliminalmente los neocoolers, downloaders de los guiones del jenesaispop, tomanotas de las palabras de Virginia Díaz, gentuza hedonista que se deja querer por una cara bonita y un par de samplers.
Así, y sin saber cómo, nos hemos metido in streaming en una vorágine glam, ochentera, desgarradora, que pretende exorcizar los tiempos demoníacos que estamos viviendo, y que si bien no logran sacar el Belcebú que llevamos dentro, por lo menos nos lo acunan y calman.
Una de estas princesas heartbreakers se parece a una muñeca monster high llevada de la mano de Dave Gahan. Su nombre es Charli XCX y es imposible sacarse esos taladrazos eighties de la cabeza de sus dos primeros singles, auténticos bombazos desde hace meses en su Londres natal, ‘Stay away’ y ‘Nuclear sounds’. El videoclip de éste último (no apto para epilépticos) lo tiene todo para triunfar en las classy dancefloors, una batería eléctrica machacona, un estribillo orgásmico y mucha saliva que limpiarse.
Para colmo la niña tiene 19 años, presume de alternar desde los 14 en fiestecillas extrañas de la mano de su padre, ella vestida de Alicia en el País de las Maravillas y su progenitor de Sombrero Loco, la versión rock de ir los domingos en familia a las colchonetas de la feria de barrio.
Entre sus influencias llama a unas tardías Spice Girls (aunque con su edad a mi no me cuadran los tiempos), y algunas referencias cinéfilas como la preciosa Lidia de Beetlejuice o Eduardo Manostijeras. Su estética gótica mezclada con esa pose de tener ganas de morir right now (muy a lo Frances Bean Cobain) encanta y seduce a una audiencia quizá empachada de dulces y despechadas Adeles. Pero más allá de un look que no habrá que tomar muy en serio están los grandes productores, Ariel Rechtsaid y Patrik Berger, artífices de un disco todavía por titular que promete acaparar portadas.Y la que lleva más tiempo en tierras patrias, y cuyo trono parece estar en peligro con la llegada de una nueva horneada de niñas-cadáver es Lana del Rey, aquella Lady Gaga que los modernos se inventaron para no sentirse mal consumiendo un producto tan prefabricado como bello.
Quizá se le esté pasando el arroz (¡ya tiene 24 años, omfg!) pero sabe venderse bien: autoproclamada la “Nancy Sinatra del gánster” (ni tiene de uno ni de otro) dice beber de las caudalosas fuentes de Elvis Prestley y Britney Spears. Sin embargo, aunque su cara de zorra furiosa parece relatar que le han quitado un novio y piensa follarse hasta a tu padre, sus canciones y videoclips están perfectamente ensamblados para el consumo mass-indie.
'Born to die' es pegadiza, y su vídeo exuda dolor y asco por el amor, a la vez que su necesidad más inviolable. En 'Videogames/ Bluejeans' mezclan imágenes de super 8, parejas en moto que romperán próximamente, mastica sus ardientes labios operados y nos dice que “lo hago todo por ti, dicen que te gustan las chicas malas, es verdad?”. No sabemos si ninguna de estas niñas habrá tenido un verdadero desamor al que cantarle, pero hell yeah, que aunque no lo hagan de corazón, nosotros nos lo tragamos.
Bad Girls: Lana del Rey y Charli XCX
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