Color verde tirando a invisible

En cierto modo, entiendo que el medio ambiente nos importe un zurullo, ya que tenemos una concepción del medio ambiente muy alejada...

No molestar al Monstruo del Espagueti Volador

Yo, como ferviente profesora del pastafarismo, o religión del Monstruo del Espagueti Volador, para los que no la conozcáis, también me siento ofendida...

¿Regeneración con la corrupta casta política?

La España contemporánea es todavía una joven Democracia, imberbe más bien diría, ya que sólo ha vivido 35 años en una más protocolaria que verdadera Democracia...

'Diálogos 2.0' con Martín Expósito: "La radio se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías"

1 / abr / 2013 - Raúl Masa (@raulmasa). 
Ser parte de un equipo es importante, y si encima uno se convierte en pieza clave y duradera, se transforma en algo fundamental, más en estos tiempos de incertidumbre comunicativa. Por eso, quien hoy nos acompaña, Martín Expósito (@martinexposito), es engranaje esencial de la radio en su "Rosa de los Vientos" (Onda Cero). 

Hace tres años que te entrevistamos en SHdC, ¿crees que han sido los tres años de cambio más rápido y profundo en la historia del periodismo? 
El ocaso del papel, el reto de la adaptación a los nuevos soportes -como difusión y fuente- y la masiva destrucción de empleo -sólo en 2012 se despidió a cerca de 4.000 profesionales del mundo de la comunicación- son tres claros indicadores de que estamos viviendo una etapa de cambios profundos en la empresa periodística y además se suceden a un ritmo vertiginoso. 

Crisis es cambio, ¿pero le puede sentar bien tanto cambio-crisis al mundo periodístico? 
Crisis es desempleo. Crisis es oportunidad. Depende de cómo quieras ver el vaso... y de si tu vaso es útil. La empresa periodística tradicional se empezó a "internetizar" ayer, estamos en los albores. En la actualidad compite en igualdad de condiciones con cientos de miles de fuentes de información y sólo a su favor cuentan con la imagen, el prestigio, las firmas y corresponsalías -periodistas cada día quedan menos en las redacciones-. Eso y su institucionalización, que no es poco, es lo fundamental junto a la financiación publicitaria. Sin embargo, los nuevos medios saben hacer periodismo, manejan los nuevos códigos y soportes y se convierten en el control del medio tradicional institucionalizado. Con pocos recursos, consiguen ser útiles, una gran difusión y, por tanto, ser una amenaza para quienes quieren pretenden contar la historia con intereses espurios. De ahí que contemos con una magnífica oportunidad de la que carecíamos hasta ahora como lectores, oyentes o televidentes: es más fácil tratar de contrastar la información -otra cosa es que la gente lo tenga interiorizado como hábito informativo-. 

En cuanto a tu entorno, la radio, ¿cómo ves su evolución en estos últimos años? 
El vídeo no mató a la estrella de la radio y la crisis tampoco acabará con la radiodifusión. Soy un apasionado del medio desde que soy pequeñito y sigo creyendo en ella. Pero mi enamoramiento por la radio no me impide ver que dos de sus líneas de flotación se han visto alcanzadas por Internet. La inmediatez de la noticia que ofrecía la radio frente a otros medios como televisión y prensa se ve igualada, cuando no superada, por la red de redes que, además, ha conseguido vencerla en inversión publicitaria. Según datos de Infoadex: en 2005 la inversión en publicidad en Internet era de 162,4 mill. de euros frente a los 609,9 mill. de euros invertidos en radio; en 2011, tan sólo seis años más tarde, Internet atraía 899,2 mill. de inversión publicitaria frente a los 524,9 mill. invertidos en radio. 

El medio se ha ido adaptando a las nuevas tecnologías, tal vez de manera lenta en consonancia con el resto de medios tradicionales, y ya no hay radio que no cuente con sus propios podcast o aplicación oficial para smartphones. Los últimos pasos que se han ido dando en las redacciones consisten en incorporar el contenido compartido o generado en la red, aunque para algunos siguen siendo cosa de frikis. En agosto de 2009 cuando, por primera vez en un programa de radio generalista como 'La Rosa de los Vientos', fui comentando el programa en directo a través de Twitter y Facebook predicaba en el desierto, hoy ya nos parece algo normal y, de hecho, no hay programa que se precie que no cuente con su espacio dedicado a comentar lo que dice la red y que no mida su huella digital en la red. 

Haciendo una pequeña asimilación, ¿ha podido causar Twitter el impacto de la radio en sus inicios? 
Twitter es una muy buena herramienta de comunicación, pero no considero que sea un medio en el sentido estricto del término, del mismo modo que Google news es una buena herramienta de búsqueda de información, pero no es un medio. Dicho esto, sí que tiene impacto y valor informativo. Si antes mencionaba la exclusiva de la que gozaba la radio en la transmisión de la noticia según acaba de suceder o mientras sucedía, Twitter es un claro ejemplo de que esa hegemonía se acabó. Personalmente os expongo un claro ejemplo, el 12 de abril de 2010 estaba de madrugada trabajando con el ordenador cuando noté un ruido extraño y un oscilamiento pequeño de la puerta de la habitación. Pensé que estaba demasiado cansado y me hacía mella el sueño. Sin embargo, entré en Twitter y busqué la palabra terremoto. En pocos minutos gente de distintos puntos de la geografía española comenzó a comunicar lo que habían sentido, efectivamente, momentos más tarde se confirmaba la noticia, se trataba de un sismo de magnitud 6.3). Parece baladí, pero no lo es la mención de la confirmación: alguien debe confirmar la noticia, de momento Twitter o sus usuarios no pueden por sí mismos (ojo, sí los medios de comunicación que, por fin, tienen presencia oficial en esta red social a través de cuentas o perfiles verificados). 

Se lleva diciendo tiempo que la radio a través de Internet tiene un gran futuro, pero todavía no hay proyectos que tengan grandes audiencias, ¿cómo lo ves? 
En Internet prima la imagen o la combinación imagen y sonido. El texto, el texto y la imagen o la voz "en solitario" no encuentran su público en Internet donde se consumen contenidos a gran velocidad, donde se demanda información e hipervínculos que completen datos y crónicas que no fuercen a hacer scroll en la página. La interactividad es un valor fundamental y no lo encontramos en sesudos escritos ni monólogos inaudibles, por mucha calidad que tenga el contenido que se exponga. Cada medio tiene sus códigos y es difícil saberlos combinar. Los medios tradicionales están aprendiendo del mundo digital y quienes nacieron digitales hacen lo propio para conseguir un producto que permita ser escuchado. Aún las distancias que separan ambos mundos, en mi opinión, es grande, pero se van aproximando. 

Hablando de futuro y sacando la bola de cristal, ¿cómo ves la comunicación y el periodismo dentro de 10 o 15 años? 
Soy siempre muy optimista. Creo que la comunicación y el periodismo gozan de muy buena salud. Como periodista, tenemos herramientas que nos facilitan mucho la labor, que enriquecen la exposición de información, que permiten llegar adonde no podríamos hacerlo de otra manera. El gran reto: la veracidad en la información. Ahí tenemos un largo trecho que recorrer en el mar insondable de Internet. 

Como ciudadano, ahora es más difícil que los medios nos ofrezcan gato por liebre. Los medios tradicionales pueden seguir tratando de encauzar situaciones en función de distintos intereses, pero hay una legión de internautas bien formados que velan cada día por encontrar, si la hay, otra cara a la noticia ofrecida institucionalmente o publicidad encubierta. Puede dar la sensación de que predican en el desierto, pero foros especializados, redes sociales son un reducto en los que hay que estar presente porque nos ayudan a debatir y compartir. El nuevo ágora digital que el periodismo debe tener en cuenta. 

Y a Martín Expósito, ¿dónde le imaginamos dentro de unos años? 
Siempre comunicando, eso espero. Hace años mantuve una discusión al respecto con un periodista y amigo -entonces jefe mío- que dejó de lado la profesión tras haber conocido sus entresijos para dedicarse de pleno a la empresa privada. Eran posiciones encontradas. Trataba de convencerme de que el futuro estaba lejos del periodismo, por tipo de empleo: peor remuneración, inestabilidad, envidias, amiguismos, etc. Sin embargo, yo sigo apostando decididamente por la comunicación, como le dije a él entonces: siempre haré radio, aunque sea grabando mis propios programas de radio en casa -como otrora hacía los que se emitían en mi pueblo O Valadouro (Lugo)-. Han pasado ocho años de aquella discusión y de momento mantengo mi posición. Hoy es radio (y algún vídeo para youtube en El Ascensor), mañana quién sabe...
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Una historia de verdad verdadera



18 / mar / 2013 - Rafael Bargiela

La historia comienza con nuestro protagonista, Alvin Straight (Richard Farnsworth) un señor de 73 años, viudo, que convive con su hija discapacitada Rose (Sissy Spacek). Viven apaciblemente en Iowa. Pero su delicado estado de salud es alarmante: sufre problemas de cadera, enfisema y por si fuera poco, sufre un brusco desfallecimiento en su propia casa. Va a ver al médico y éste le aconseja que se cuide más y que cuide su alimentación (aunque no le hace mucho caso al señor doctor). En esto recibe una llamada informándole del precario estado de salud de su hermano Lyle (su hermano mayor) del que no sabe nada desde hace 10 años y que vive en Wisconsin. Alvin toma la decisión de ir a visitarlo en solitario y con el único medio de transporte que posee: una segadora de las de la vieja escuela. 

A medias entre una road-movie, una película fina y coqueta y un drama entre dos hermanos en el ocaso de sus vidas y que no se hablan desde hace muco tiempo se mueve esta maravillosa y hermosa película. El viaje por la América profunda que hace nuestro protagonista es espectacular, los paisajes que nos transmite la cámara de David Lynch son puros y bellos, pero también solitarios y aterradores. El viaje desde Ohio hasta Wisconsin es merecedor de proclamarse tan bueno como muchas secuencias de Easy Rider. 

La interpretación del protagonista es honesta y sincera, nos alienta a seguir siempre hacia delante, llueva, o exista algún traspiés en el camino, siempre hacia delante. La música nos envuelve y nos hace ver la situación del mismo, que no es otra que estar en paz con su hermano. 

A medida que va avanzando en su espectacular y original viaje nos damos cuenta de la fuerza que tenemos los seres humanos en nuestro interior, ya que en su pésima situación de salud (se ayuda de dos muletas para caminar) y casi sin dinero, lo único que persigue Alvin es la paz con su hermano, la paz consigo mismo. 

Yo la considero una de las primeras películas del siglo XXI (aunque sea del año 1999) y me emocionó sobremanera la película. Las frases son geniales (miradla en versión original) y la apuesta es arriesgada, pero le salió redonda a su director. Es directamente una patada al corazón, una película de una realidad abrumadora. Una maravilla.

El cambio del cambio


14 / mar / 2013 - Raúl Masa (@raulmasa). 

Han pasado 9 años desde que un inspirador y dócil José Luis Rodríguez Zapatero ganase sus primeras elecciones generales. Desde entonces han cambiado demasiadas cosas en un país en el que la prosperidad económica había nublado todos los sentidos, dejando a los españoles a merced de las mil y una tropelías que políticos y allegados a los políticos han ido cometiendo durante los últimos 30 años. 

Cada domingo, con la nueva emisión de ‘Salvados’, la gente se sorprende y alucina con todo lo pasa en España. Lo malo es que eso lleva sucediendo desde que el caudillo dejó de estar entre nosotros. Pero como digo, la falsa apariencia de una economía que no dejaba de crecer nos hizo pensar que éramos invencibles. 

Aunque volvamos al bueno de José Luis. Han pasado 9 años, sí, 9 años y dos presidentes del Gobierno, una crisis económica, y lo que resulta más importante, el inicio de un cambio de mentalidad en la sociedad que parece levantarse del letargo en el que ha estado dormitando demasiado tiempo. Por desagracia hemos despertado tarde y todo el chiringuito ya está momento y la inmensa mayoría de la ciudadanía española nos tenemos que conformar con ver el espectáculo desde la cuneta. 

Ahora bien, ¿por qué hemos estado ciegos tanto tiempo?, ¿de verdad que esa falsa apariencia de ricos nos ha adormilado tanto? Es curioso que los que hace 9 años fueran la alternativa, el cambio, la aspiración a un país progresista, ahora sean simplemente cómplices de los culpables de esta situación. Cómo cambian las cosas en menos de una década…


La gente hace 9 años salía a la calle con banderines de partidos políticos, se coreaban los nombres de los representantes, se hacían fotos con ellos… Ahora salen con sus caras en pancartas con toda clase de insultos, en su mayoría justificados, y piden la dimisión de todos, del primero al último. Hemos pasado de querer y adorar a los bancos porque nos daban dinero, a quemar sus sucursales porque consideramos que nos han robado. 

En todo este entramado sabemos quiénes son los culpables. Pero tampoco podemos ser hipócritas y debemos cargar con parte de nuestros pecados, aunque lo que sí parece claro es que la penitencia la estamos pagando con creces. Y quizá eso sea lo que más duele. Nosotros hemos cometido errores, en muchos casos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, hemos confiando en quien no debíamos, sí, pero todo eso lo hemos pagado con nuestros trabajos, nuestras casas, y, en algunos casos, con la vida. 

Se cumplen 9 años. Poco tiempo, o mucho, según se mire. La única certeza es que ya no somos los de antes. Sabemos que si hay una guerra, alguien la ha provocado por algo, también sabemos que si una empresa dona dinero es porque luego tendrá desgravaciones fiscales, hemos aprendido en 9 años lo que tendríamos que haber asimilado durante el siglo XX, pero entre Reyes, dictadores y políticos corruptos no lo hemos conseguido hasta hace unos días. Es tarde para levantarse, pero como siempre hemos hecho, con ilusión, fuerza y esperanza, recuperaremos lo que es nuestro y tomaremos el control de nuestras vidas, algo que nunca debimos abandonar.

La primera vez

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12 / mar / 2013 - Ana Andújar

Con tanto debate, tanta crispación, tanto problema, tanto ataque por aquí y por allí, desde SHdC queremos sacaros un poquito la sonrisa, y si es hablando de culos y tetas pues mucho mejor. 

En esta ocasión le prestaremos atención a ese gran momento de la vida de toda persona: perder la virginidad. Y no me refiero a lo que te pasa cuando vas a pedir la (primera) hipoteca, sino algo más abstracto y a la vez tan físico, algo de lo que se habla de la SuperPop a la Cosmopolitan (tengo que revisar mis fuentes), algo que comentan amigas, colegas, hermanos y (esperemos que no) padres. 

Es casi imposible relatar en un pequeño artículo la serie de catastróficas desdichas que se nos vienen a la mente al recordar esos momentos, en los que verse desnudo con tu pareja era más ridículo que cuando tu madre te manda a la carnicería al grito de “dile que dice mi madre…”. Terror. Pavor. Risa descontrolada en momentos inoportunos. Falta de puntería. Intentaremos desentrañar algunos misterios: 

¿Qué hago si, como chico o chica, me siento presionado y estoy indeciso? 
Está bien aclarar eso de “si como chico o chica”. Aunque todavía no te habrás encontrado a un tipo que te diga eso de “no, no estoy preparado todavía…¿vemos 'Avatar'?” pero haberlos haylos. Sólo que viven en un mundo de caramelo y losas amarillas que te llevan a Kansas. Si hay presión lo mejor es jugar la baza de “como te pongas en ese plan, no mojas ni conmigo ni con nadie”, porque otra cosa no, pero que nos metan prisa nos pone de mala hostia. 

¿Haré el ridículo si no estoy a la altura de la situación? 
No, porque a lo largo de tu vida se van a dar muchas situaciones como esas, así que cuando antes se empiece a acostumbrar tu pareja mejor. Sólo tienes que mezclar noche de ligue+alcohol descontrolado y el éxito (si entiendes éxito por vergüenza ajena) está asegurado. 

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¿Puedo quedarme embarazada la primera vez? 
Esta parte está mil veces tratada como “leyenda urbana” pero es que nunca pasa de moda. En el momento en el que existe penetración sin protección anticonceptiva, la primera vez o la enésima, ya puedes darte una vuelta por el Toys’R’us para ir cogiendo ideas. Y si hubiera un bono de 1-ride-only desde luego no lo gastarías la primera vez. 

¿Duele la primera vez? ¿Los chicos también sienten dolor la primera vez? 
Aunque parezca mentira, recientes investigaciones han demostrado que los hombres también sienten, pero sólo en contadas ocasiones, como las que tienen que ver con que Iniesta marque un gol, o que les peguen un balonazo en las pelotas, o que Iniesta les pegue un balonazo en las pelotas (probablemente la fantasía sexual masculina más común desde julio 2010). Sospecho que lo que más les duele a los chicos es el calentón que se pillan toda la adolescencia a base petting, de ver las mayas ajustadas de las compañeras en Educación Física y el malogrado porno que luego tanto desencanto nos trae en la primera vez. Y a las chicas, con algo de tacto y paciencia, el dolor no tiene por qué ser obligatorio. Además, no será tanto si luego le seguís dando durante años, marranetes. 

¿Siempre es amor la primera vez? 
Ni la primera ni la última, pero saber elegir el espécimen con el que perder la virginidad tiene sus ventajas, sobre todo de cara a la perspectiva del tiempo y de las charletas con los amigos. Mejor comentar que “intentaste” follar con un buen partido que con tu primo del pueblo. 

¡Qué buenos recuerdos amigos míos! ¡Y quién pillara a aquel pobre que sufrió tu inexperiencia (o al bastardo que te fastidió el momento) para darle un repaso con lo aprendido con los años…! Por ahí dicen que es mejor esperar a una persona decente, por aquí os decimos que si vosotros fuerais decentes no leeríais estas cosas. Salud, fuerza y honor…y protección.

Fútbol e interés nacional


12 / mar / 2013 - José David Millán (josedeivid12). 

“Barcelona-Milan. Última oportunidad para los azulgrana de seguir con vida en la Champions. Esta noche en La1”. No hay pausa en la programación de la cadena en la que no pongan la “promo” mínimo un par de veces. Se habrán quedado sin publicidad “externa” en TVE, pero ellos venden lo suyo como nadie. Más les vale, después de gastarse 40 millones del “ala” por los derechos de emisión de la Champions League para esta temporada y las dos siguientes. Dinero que, al tratarse de una televisión pública, pagan todos los contribuyentes. La cuestión es, ¿es el fútbol un interés nacional?, y por tanto, ¿debe existir una televisión pública que cubra ese interés? 

Partiremos sabiendo que el fútbol es una de mis grandes pasiones. En el colegio, siempre era un jugador del montón, no me elegían el último, pero tampoco de los primeros. Siempre estaba dándole patadas al balón, intentando emular a los grandes de la época. El Dream Team de Cruyff, y el Mundial de Estados Unidos 94 tuvieron buena culpa de esta afición desmedida. Aquel campeonato de estrellas, con Maradona, la Brasil de Mauro Silva, Bebeto y Romario, la Italia de los Maldini, Baresi o Roberto Baggio, Caminero como estrella de nuestra selección, Hagi, Stoitchkov, Bergkamp, Dahlin… Cada vez que había un partido, aunque fuera Nigeria-Rumanía, allí que estaba yo pegado al televisor. Por aquel entonces el fútbol no había llegado a ser aún el “circo” que es ahora, mal que nos pese a los futboleros. 

Hasta 1997 no existía obligación de emitir un partido de Liga en abierto. Pero un reconocido sportinguista, por aquel entonces vicepresidente del Gobierno del PP, promulgó una Ley (denominada “Ley Cascos”) donde se justificaba la obligación de emitir un partido en abierto a la semana, ya que en España era una "tradición arraigada" desde los '60 "la práctica de retransmitir cada sábado o domingo, en emisión abierta, el partido de fútbol de primera división de mayor interés deportivo dentro de cada jornada, elegido libremente por los operadores". 

Pero en 2003 la Unión Europea paralizó la Ley en parte e incluso hubo que indemnizar a Canal Plus, que tenía la exclusividad. Que yo recuerde, TVE, laSexta, y ahora Marca TV, se han encargado de romper el monopolio que Canal Plus ha tenido durante muchos años en cuanto a la Liga. No obstante, en la actualidad vivimos en la “Guerra del Fútbol televisado”, y sólo se puede ver en abierto por privadas algún partido de Liga no muy trascendente, la Selección y uno de cada jornada de Champions League.


Su razón llevan las televisiones de pago, ya que el fútbol es ocio, y el ocio hay que pagarlo. Y mientras muchos aficionados reclaman “fútbol gratis y para todos”, los clubes, cada vez más necesitados de liquidez para efectuar traspasos que devuelvan la ilusión a sus aficiones, y además poder pagar los astronómicos sueldos que reciben sus jugadores, se oponen al fútbol en abierto, y piden más y más. Aunque parece que para subsanar la deuda de miles de millones que deben a Hacienda no tienen tanta prisa. 

Teniendo en cuenta todos estos antecedentes, y que el interés público remite a la “finalidad nacional de las acciones e instituciones de un Estado o comunidad políticamente organizada o el beneficio del conjunto de la población o los habitantes de una región o país”, se puede decir que el interés, más que nacional o general, es “privado”, de las televisiones, de los equipos y de todos los que componen este mundillo. Económico. Si no, no se entiende que el “equipo de todos”, España gane un Mundial por primera vez en su historia, y TVE no lo retransmita. O que los de Del Bosque jueguen un partido muy importante para clasificarse para el Mundial de Brasil 2014, como fue el que disputó en Bielorrusia, y que en España no se pudiera ver por ningún canal. Millón y medio de euros tuvieron la culpa. 

Si entonces no se paga, y sí se hace ahora por la Champions League, saltamos otro escaloncito, y llegamos al rincón de las Audiencias. Y parece que no es lo mismo los 10 millones de espectadores que tendrá el Barça-Milan, que los 5 o 6 que puede tener la Selección. Al final, lo que prima es el interés económico por encima de todo, por muy bonito que quede el concepto “nacional o general”, porque entonces según esa idea, habría también que echar por TVE la Euroliga. Y es que el baloncesto es el segundo deporte con más licencias federativas de nuestro país, y con millones de aficionados. 

¿Interés general o interés económico? ¿Servicio público o audiencia total? No se engañen, “la pela es la pela”, y en el fútbol el interés no es tan “público”. Más vale que se ahorrara esos millones el Gobierno y la televisión pública, puesto que no tiene sentido estar recortando en Sanidad o Educación, y no hacerlo en asuntos más “accesorios” al fin y al cabo. 

Seamos responsables, y a los que nos guste el fútbol, siempre nos quedarán los bares. Y así, además, pondremos nuestro granito de arena para contribuir al crecimiento económico de un sector que crea cientos y cientos de puestos de trabajo en España. Palabra de futbolero.