Color verde tirando a invisible


18 / mar / 2013 - Alberto Martín

Estos días debería realizar mi disertación de turno sobre alguna noticia relacionada con el medio ambiente que sea de rabiosa actualidad. Pues bien, como siempre, de actualidad no hay nada y de rabiosa todo lo que queráis. 

No es necesario quebrar la intimidad de los políticos y medios de comunicación robándoles sus agendas. El panorama está claro (aunque algunos lo vemos oscuro), en esas agendas lo único verde que aparecerá, serán los contactos de antiguas "chorbagendas". 

En cierto modo, entiendo que el medio ambiente nos importe un zurullo, ya que tenemos una concepción del medio ambiente muy alejada y separada del resto de cotidianidades. Entendemos el medio ambiente como algo verde, grande, que está por ahí en el campo, donde siempre hay aire fresco y los Teletubbies se bañan en una charca junto al rey de la selva, Frank de la Jungla. Concebimos como medio ambiente el preocuparse por la extinción del gallipato, el hallazgo de restos de un mojón de lince en Toledo, el apagar las luces durante una hora para luego poner el lavavajillas y la lavadora a la vez (jugándonos que salte el fusible de turno), el reciclar el papel mientras se tira el aceite por la cisterna... El medio ambiente lo es todo. 

El medio ambiente está inseparablemente ligado a todo lo que hacemos y a todo lo que somos. Igual que lo están la economía, la política, la salud... Lo que sucede es que en estos últimos años, respetar el medio ambiente es incómodo para algunas de esas otras partes, y hago alusión directa a la política y la economía. Cuando hablo de política y economía, me refiero a políticos poderosos, lobbies económicos... (vamos, los de arriba). El prestar importancia al medio ambiente significa cambiar la forma de hacer las cosas en la actualidad, ya que lo que hacemos ahora afecta catastróficamente al medio ambiente. Y nadie (poderosamente asentado en el poder político y económico) quiere cambios, ya que estos suponen incógnitas, inversión, vueltas de tuerca... 

A lo largo de estos últimos 30 años se han realizado muchas cumbres internacionales sobre medio ambiente, los éxitos han sido dispares, han sido muchos fracasos para pocos éxitos, pero los éxitos han sido muy importantes para trazar caminos a seguir. El éxito más notable fue sin duda los acuerdos alcanzados y luego cumplidos (esto último es lo difícil) para detener el aumento de los agujeros de la capa de ozono. 

El problema de estas cumbres no es que se discuta y se fracase, sino que no se discuta, que pasen inadvertidas, que es lo que ha venido pasando en estas últimas cumbres.


Vosotr@s, l@s que seguís leyendo esto, haced un ejercicio de memoria y recordad en estos últimos meses cuándo habéis discutido sobre algo con temática medioambiental. Siendo generoso, intuyo que pocas . Por otra parte, intuyo también que seguro que estos días hablaréis del nuevo Papa de Roma en alguna charla. Y hora yo os pregunto, ¿en qué os afecta la elección de Francisco I y en qué os afecta que entre todos estemos llevando a nuestro planeta a la mierda? 

Si el Papa es capaz de disminuir el consumo y la producción de residuos insostenibles que realizamos, si su Santidad puede evitar la desaparición de los casquetes polares y glaciares, si Don Francisco es capaz de revertir que los veranos e inviernos sean cada vez más largos y pueda devolvernos la primavera y el otoño... Sólo si el Papa es capaz de eso, entonces entenderé que se hable de él. 

(Ojo! no pretendo meterme con la iglesia, y menos a puertas de semana santa, tampoco digo que no habléis del Papa. Lo que quiero haceros ver es que vais a hablar del Papa porque en todos los medios y sitios importantes se habla de él, cuando a lo mejor la elección del párroco de vuestro barrio os afecta más directamente, pero no habláis de ello porque no os afecta. Lo que pretendo es remarcar que si algo aparece en la agenda, existe y por lo tanto se le da importancia, pero si no lo está, deja de existir y por las mismas, la importancia es nula).  

No podemos esperar a que en la agenda se trate el medio ambiente, porque no lo hará. Como sociedad cívica que somos (mejor dicho, que deberíamos ser) debemos ser conscientes de los retos y soluciones que se plantean en torno al medio ambiente. 

La táctica es fácil y surge del olvido de los de arriba, que podrían dar soluciones globales ante un problema global, y que no las dan. Uno de los lemas medioambientales que los actores sociales y ecologistas han adoptado es el de "piensa globalmente, actúa localmente". De este modo "salvar el planeta" ya no resulta tan perezoso. Con esta táctica se pretende realizar pequeñas acciones sumatorias que den un resultado muy grande. Pequeñas acciones como reciclar, reutilizar, realizar un consumo sostenible, informarse, conocer... 

En otros artículos os hablaré de ellas, ahora no lo hago porque no lo considero necesario, tan solo tenéis que pensar. Os aseguro que si pensáis de un modo sostenible, eso conllevará un beneficio a la sociedad, y siendo egoístas también os conllevará a un ahorro importante en vuestros bolsillos, pero ¡ssshhhh! esto no se debe saber, que todo ha de ir como nos dicen: España va bien, El Mundo va bien, el Medio Ambiente va de puta madre.

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