25 / feb / 2013 - Raúl Masa (@raulmasa).
Durante estos días se celebra en Barcelona el Mobile World Congress (MWC), o lo que es lo mismo, la feria sobre tecnología móvil más grande del mundo. Durante casi una semana miles de personas se pegan por ver las últimas novedades que presentan las principales compañías del sector tecnológico y de telecomunicaciones. Ahora bien, ¿este negocio universal que mueve millones de euros es una verdadera necesidad, o un capricho que las personas nos hemos autoinventado?
No vayan a pensar que soy una especie de "Amish" que está en contra de los cacharritos. De hecho, y como editor de este Blog, en la lado derecho pueden seguir el minuto a minuto de lo que sucede en el MCW. No obstante, y después de ver tablets que se pueden sumergir en agua, smartphone más potentes que ordenadores de mesa, y toda clase de artilugio que provoca calenturas en los personajes más "geek", sigo planteándome la verdadera necesidad de este avance incontrolado, injustificado, y por qué no decirlo, innecesario.
¿En serio que se necesita un dispositivo que sea resistente al agua? Vaya, con que no te metas con él en la piscina es suficiente, ¿no? Y en este punto es donde me surge una nueva pregunta, con matices sociológicos, y que tiene una difícil respuesta, y es ¿si toda esta feria no supone nada más que un paso hacia el capitalismo feroz para hacernos ver que en el consumismo está nuestra felicidad?
Supongo que la actual situación económica nos da una respuesta. Lo malo, lo peligroso, diría yo, es que ya estamos cegados. Cada vez salen más estudios hablando sobre que las personas prefieren su smartphone, o dispositivo móvil, antes que cualquier otra necesidad o actividad de ocio. Aquí el problema. Nos han hecho creer estos grandes de la tecnología, en perfecto acompañamiento con las operadoras telefónicas y suministradores de red, que lo necesitamos, que forma parte de nuestra vida y que sin ello seremos menos personas, estaremos menos comunicados y nuestro escalafón en la sociedad será algo inferior.
Ante esto, o tienes una gran perspectiva social y personal, y te das cuenta de que por tener un móvil u otro no eres menos que nadie, o has caído en la trampa de estar conectado a ferias como el MWC, o a ver cuándo sale el último cacharro con varios núcleos, cámara de fotos ultrasónica, y florituras diversas.
Valorar a alguien por lo que tiene, y no por lo que es. Por esta consigna triunfa en Barcelona el Mobile World Congress, porque necesitamos alimentar esa vanidad que nos corroe. Insisto en que no se trata de parar la evolución tecnológica, necesaria, a mi juicio, en múltiples campos. Pero no creo en que ese ámbito de desarrollo sea el ocio, porque realmente va más allá, va al condicionamiento social que te conduce a ello, a una no necesidad transformada en necesidad.
Piénsalo, ¿de verdad necesitas un móvil que sea resistente al agua? Si crees que sí, bueno, no pasa nada, el MWC vuelve a Barcelona el año que viene. Y si crees que no, pero aún así tienes pensado cambiar de móvil, somos como los primeros pero nos cuesta reconocerlo.
1 comentarios:
Es la esencia del capitalismo. Te hacen generar necesidades para que consumas. Primero necesitas un móvil, luego que este móvil se conecte a Internet, además que tenga cámara, la nueva versión del OS más 'cool', etc, etc,...
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