Las niñas ya no quieren ser princesas y a los niños les da por perseguir, el mar dentro de un vaso de ginebra, pongamos que hablo de SIN HORA De Cierre.
Un proyecto, una ilusión, un camino, una esperanza, una herramienta. Sencillamente, el trabajo y la palabra al servicio de una pulsión: hacer periodismo, ser periodismo.
SHDC nació de una chispa probablemente inadecuada, de mentes omnívoras, nocturnas y alevosas. Ese granito de arroz se transformó en una paella más o menos decente otrora y a día de hoy pretende llegar para quedarse, aunque quizás ni él mismo sepa bien dónde.
No les aburriré hablando de definir objetivos, metas, mínimos de calidad o parámetros similares, de lo contrario podría acabar dándoles la brasa con el feng shui de la página. Les hablaré de la personalidad de este pequeño medio de comunicación, de sus bellos contornos de mujer mediterránea, de emociones, de la mano que mece la pluma y de lo que acaso pueda valerme para poder acercar a ustedes un poco más la idea de SHDC, para que la respuesta al inevitable “¿de qué va esto?” sea lo más concreta e inmediata posible.
SHDC es un medio digital que pretende ser ese rincón donde el lector se descalza para buscar una comodidad cómplice. Este espacio es un recodo en el camino, fuere usted allá donde fuere.
SHDC usa la palabra como arma, como alimento, como esencia. En SHDC los nuevos periodistas escaparán de los límites impuestos por los medios de comunicación, tanto a nivel de redacción como a nivel ideológico, eso es una obligación, no una promesa. La actualidad será analizada, interpretada, masticada y sometida a escarnio, los diferentes puntos de vista personales subyacerán obligatoriamente al análisis profundo e inteligente.
SHDC es un proyecto de calidad, por la sencilla razón de que su equipo está formado por personas y periodistas de mucha calidad.
En una sociedad donde los medios se reinventan cada día y todos ofrecen de todo quizás SHDC sea un espacio más, sin embargo, muchos lectores han encontrado en sus textos ese olor a las sábanas del sábado por la mañana que tanto anhelaban, porque, sencillamente, y como ya dije en cierta ocasión, SHDC es un espacio donde periodistas cualificados pueden plasmar algunas interpretaciones propias de lo que nos rodea, y eso ya es bastante.
SHDC me ofreció la posibilidad de subir cuantas veces quisiera a lo alto del campanario y reventar el badajo a mi antojo, tocando a rebato o acariciando suavemente la música con mis dedos. Tener siquiera la oportunidad de conseguir entretener o molestar a personas disfrazadas de lectores resulta fundamental. SHDC cubre esa necesidad a las almas repletas de palabras por expulsar y le ofrece al lector el reverso de esa esperanza.
“Todas la familias felices se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera”, que me cuelguen si Tolstoi se equivocaba.
SIN HORA de Cierre ha sido infeliz a su manera, doy fe, pero ha dado bastante guerra y ha conocido picos de fortuna. La buena nueva es que ha vuelto y pretende hacerlo de lujo.
SHDC, un gusto, no se lo pierdan.
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